Semejanza entre la forma de presentar el capote y la del lienzo en que Verónica enjugó el rostro de Jesús. O sea, pasándoselo por la cara del toro.
Ignacio Camacho es uno de los columnistas más preclaros de nuestro periodismo político. Domina el lenguaje con soltura torera y sabe adornarse con todo tipo de suertes dialécticas. Podríamos decir que es un brujo del lenguaje. Por algo es premio Mariano de Gavia del año 2009 -bien merecido-, que no es cualquier cosa. En la mayoría de las veces, yo diría que en el 90 %, coincido con su forma de llevar la lidia política. Queda por ahí ese otro 10 % en el que discrepo; están por medio sus favoritos para los brindis encomiásticos frente a los brindis opuestos. Cosa, por otra parte, que no tiene nada de particular, ya que le pasa a cualquier hijo de vecino en el uso legítimo de su libertad de elección. Pero según yo vengo observando, ya que hace años que soy seguidor de sus columnas de análisis político, los brindis opuestos o antagónicos, tienen la virtud –por así decirlo- de inspirarle, las más grandes faenas literarias que se han visto en los medios. Como es el caso de su columna de hoy, 3 de febrero de 2011, en la plaza de ABC de Madrid. Porque en honor de la verdad, cumple su objetivo de abochornar políticamente a su atorado personaje. El personaje, por todos los demonios, es Aznar. Aznar, sí. Y no lo digo yo, le dice él mismo, como corresponde a un comentarista de su clase que no se suele embozar. Es un periodista con casta. El nombre de la faena provocadora de este mi post, Arbitristas de brocha gorda. Estoy pasmao de tal torrente de palabras, afiladas con espada de cuatro filos, con banderillas de fuego del averno y certeras puntillas de muerte.
Pero dediquemos un breve intervalo para explicar la faena –en los dos sentidos- de la Verónica en la forma ortodoxa. El torero sujeta el capote firmemente con las dos manos. El toro, al que llamaremos brochagorda, zaino –negro como una noche sin luna-, está ya encelao con el capote. El torero adelanta el capote para citarlo, y el toro sale disparao como el Ave Sevilla-Madrid. Pero el torero, que conoce el oficio, carga la suerte hacia el centro-derecha –pura geometría política-, al tiempo que adelanta una pierna para preparar la siguiente Verónica. Y así sucesivamente en una serie vistosa que remata con una Media Verónica. ¡Torero, torero!
Los aficionaos, como yo, a esto del periodismo bloguero, somos unos intrusos, según el periodismo convencional. Gracias a la red de redes, me la paso divinamente, como otros cientos de millones en todo el mundo. Y sin carnet de periodismo de la facultad que da la bula. Hay de todo, como en la Viña del Señor. Hay periodistas cuya categoría profesional y literaria no les preocupa en absoluto esa clase de competencia. En cambio hay otros que les hace feliz eso de que una comisión política pueda decidir que sitios y blogs web se pueden cerrar por no sé qué sospechas. No es broma. Es una llave que sirve para muchas cosas. Por ejemplo, en Egipto, Mubarak, ¡zas!, ha cerrado los incómodos blogueros que están por la labor de que acabe una dictadura de más de 30 años. El paso siguiente, cazar a los periodistas clásicos, como Herman Tertsch que cumple una misión impagable por la libertad de información. Espero verlo pronto en su “columna” de TN con Ana Samboal en TeleMadrid. Veremos qué pasa el este viernes de oración musulmana en El Cairo.
Como decía, los intrusos como yo, sin bula de la Facultad de Periodismo -pero con bula de otras Facultades, o sin ella-, hacemos lo que podemos. Por ejemplo, leer mucho y aprender de los maestros como Martín Ferrand, José María Carrascal, Antonio Burgos, Alonso de los Ríos y otros muchos, o del mismo Ignacio Camacho, por supuesto. Por ejemplo, me voy a atrever a hacer algunas acotaciones del artículo citado de Camacho, de tal categoría, que jamás se le habrían ocurrido a un pardillo como yo. Para aprender:
• Habla de los políticos ya retirados que recuperan la lucidez perdida. “El desasosiego los transforma en gurús vocacionales, arbitristas dispuestos a dispensar las recetas que no supieron o no pudieron aplicar cuando el fragor de la política les obnubilaba el criterio.”
• Y sigue machacando. “De repente sufren vahídos de clarividencia y en tono elegíaco claman como profetas incomprendidos ante la evidencia de una catástrofe que nunca vieron venir cuando gobernaban.”
• Mas. “Algunas de esas ideas suponen el descubrimiento individual y tardío de mediterráneos que siempre han estado ahí. Así, Aznar insta a reconducir la elefantiasis de las autonomías y al otro lado del espejo González —respaldado por Rodríguez Ibarra— lanza el órdago de suprimir las diputaciones. Y dos huevos duros.”
El final un poco abrupto.
• Aquí Camacho se declara defensor del actual Estado de la Autonomías. “Están en su derecho de jugar al jacobinismo regeneracionista, pero desenfocan el objetivo y enredan el debate al situarse a favor de corriente en un río revuelto. Ahora parece políticamente incorrecto defender la descentralización pero el Estado de las autonomías, con toda su hipertrofia o pese a ella, ha equilibrado España y ha impedido la fractura de la cohesión nacional.”
Caramba, pues yo, humildemente, creo que la fractura la han provocada, precisamente, unas CC AA con un diseño constitucional farragoso que intentaba contentar a los nacionalistas que han sabido provechar la cosa, hasta el punto de aspirar a rebelarse contra sus jefes de partido y aspirar a ser mini estados independientes con fueros de la Edad Media. En todo caso un Estado Plurinacional, no unitario, con tantas asimetrías que sería menos que un Estado Confederal. Y entre tanto han servido para revivir el peor caciquismo del pasado. Pero para Camacho todo se arregla con un simple “bisturí de ahorro”.
• Nada de mutilar. “La mutilación no es una terapia. Y deberían saberlo mejor que nadie quienes sin duda de buena fe propiciaron el desparrame que ahora proponen controlar a hachazos.”
Caray con los hachazos.
• Aquí la guinda final. Nada de “demoliciones compulsivas”. “Y lo menos que se puede pedir a ex gobernantes responsables es que formulen propuestas en frío, elaboradas y con matices. Para aumentar la confusión ya se bastan los dirigentes en activo.”
Sí señor, buen quite por verónicas para Rajoy y buen coscorrón para Aznar. Ya se ha dicho, FAES no es el PP. Pobres infelices los que, como yo, creímos que la rentrée de Aznar en Sevilla significaba un nuevo rumbo para el PP. Es que ejercer de buen gallego, como lo ejerce Rajoy, tiene retranca y enjundia. Gracias a Camacho me he caído del guindo.
Coda. He pretendido que estén claras dos cosas. La primera que estoy a favor de la Fiesta Nacional de la lidia del toro bravo. La segunda es que no hay nada peor que apañar lo que de origen tiene graves defectos de diseño. Hay muchas fuentes disponibles sobre Derecho Constitucional Comparado. Cuando unos ingenieros de diseño sacan un modelo nuevo, utilizan pilotos de pruebas y lo ruedan para reconducir la idea. Nuestro bólido lleva rodando más de 30 años y cada vez va a peor.
Tienen razón los que dicen que lo peor de la salida del régimen franquista es el anti franquismo postrero implantado por la puerta de las sensiblerías sectarias y el revivir de la “memorias históricas”. La sombra del Franco era tan alargada en aquel memorable año de 1978, que los diseñadores de la celebrada C78 no se daban cuenta que hacían anti franquismo supersticioso.
Creo que ahora, año 2011, somos una sociedad distinta y merecemos otro diseño a la medida. Por el bien de mis hijos y mis nietos que, por la que está cayendo y la que se ve venir, van a vivir, inesperadamente, en una sociedad peor que la que conseguimos alcanzar, finalmente, los de mi generación, después de no poco esfuerzo. Me ha tocado ver de todo en estos años que van desde 1935, hasta este fosco 2011. Aunque yo, a fin de cuentas, tenga todo el pescado vendido.
Madrid, 4 de febrero de 2011
Francisco Javier Manso Coronado
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