La profecía es siempre menos importante que la atención y la agilidad.
En estos tiempos de crisis, como suele ocurrir siempre, parece inevitable que surja un reproche muy típico de las circunstancias, especialmente dirigido a los profesionales economistas, de parte, en primer lugar, de los responsables políticos, como también de ciertos periodistas que se mueven en el mundo de la información sobre la actividad económica. La consecuencia es que el gran público está convencido de que la principal condición de la profesión de economista es la de adivinar el futuro. Cosa que a la mayoría de los economistas, como a mí mismo, nos irrita especialmente.
Sin meterme en muchas honduras, baste con decir que, lo que no existe no se puede adivinar. El futuro no existe. Esa cualidad adivinatoria, los economistas responsables se la dejan a los quirománticos, los augures, los charlatanes, los echadores de cartas, a los especialistas en consultar bolas de cristal. Las consecuencias para los que compran tales profecías, es la de masticar cristales, cartas, pozos de café y entrañas de pollo.
Los proverbios suelen ser fruto de la experiencia o de la mente de grandes pensadores. Sirven para apoyar y mejor expresar una idea. Veamos sólo algunas citas relacionadas con el caso que nos ocupa:
• Jamás se desvía uno tanto, como cuando cree conocer el camino. Proverbio chino
• La mejor manera de adivinar el futuro es inventarlo. Alan Kay
• Todos los grandes acontecimientos han sido inesperados. Las cosas más probables no suelen ocurrir. Edgar Morin
No voy a negar que existan ciertas negocios de consultaría sobre economía que se ganan la vida vendiendo informes-profecías sobre el futuro. Además, con bastante frecuencia, los que manejan el lenguaje relacionado con los temas de economía –hablado o escrito- en los diferentes medios de información, suelen ser poco o nada cuidadosos con el uso de las reglas gramaticales. Por supuesto no me refiero a las faltas de ortografía, sobre las que el más sabio echa un borrón. Me refiero a las cuestiones sintáctico-morfológicas y léxico-semánticas.
Los profesionales de la medicina, dada la naturaleza del objeto de su atención, la vida humana, se mueven en un proceso de tres fases que manejan con rigor y responsabilidad: diagnóstico, pronóstico y tratamiento. En el caso de los economistas el objeto de su atención es la actividad económica.
¿Quiere esto decir que los economistas se desentienden del futuro? Muy al contrario. Pero al hacerlo hay que quitarle fantasía y fatalismo. Baltasar Gracián dice en uno de sus aforismos que las verdades que más nos importan vienen siempre a medio decir: “El prudente debe saber entenderlas. A fin de cuentas, no hay más remedio que elegir. Vivir es saber elegir. A pesar de todo, no son suficientes ni el estudio, ni la inteligencia; habría que añadir el buen gusto y el buen juicio. Porque lo peor es perderse cuando hay que elegir”.
Evidentemente tenemos que hacer previsiones, programas y planes, pero no podrá ser de otra manera que a base de conjeturar, es decir, formándonos una opinión o juicio sobre el futuro, basándonos en indicios o datos incompletos. Normalmente, nuestra actitud ante el futuro es la de expectantes, o sea la de vigilancia – vigilia competitiva y señales de alerta -mientras esperamos algo. Si nuestra actitud es proactiva significará que no estaremos pasivamente esperando lo que está por venir -definición clásica de futuro-, sino que tanto nuestras reacciones (respuestas) como acciones (iniciativas) serán tendentes a conseguir que nos suceda lo que deseamos. Es decir, con nuestra voluntad libre nos ponemos en camino del suceso deseado. Por tanto, mejor que definir el futuro como “lo que está por venir” -actitud fatalista-, sería decir: lo que está por hacer para influir o construir.
Ciertamente el resto de la vida de los países y de las empresas se desarrolla en el futuro. Por tanto, lo más importante es saber cómo será ese futuro. Esto explica el afán de pretender adivinar sobre el mismo. El género humano ha intentado siempre consultar las estrellas o leer en las entrañas de los animales al objeto de conocer su destino. Continuamente establecemos hipótesis sobre cualquier cosa, y dado que el número de éstas puede ser infinito, sería un milagro elegir la acertada. El hecho es que las distintas teorías de la adivinación ensayadas en el campo de la psicología, están basadas en información bien ambigua o incompleta.
Lo que sí está contrastado es que hay individuos que con menos información que la mayoría suelen escoger el camino acertado –la mente del estratega. Sería deseable que los responsables de los servicios de inteligencia o los estrategas de empresa fueran ese tipo de personas dotadas de capacidad intuitiva, con ojo clínico, vista para los negocios, sexto sentido, de modo que perciban las cosas antes que los demás.
Algún lector apercibido se preguntará, ¿a qué viene esta perorata con aires de lección magistral? Pues a cuento del debate que se ha montado en estos días cuando se ha sabido que en mayo del 2006, los inspectores del BDE (Banco de España) ya emitieron un informe advirtiendo sobre el huracán que se le avecinaba a la economía española. ¿Que por qué esta noticia ha levantado tanta polvareda? Porque ha puesto en un aprieto al presidente Zapatero, quien continuamente ha estado negando la presencia de la crisis –no hay peor ciego que el que no quiere ver- escudándose en el tosco burladero de que NADIE fue capaz de predecir la llegada de la crisis. Falso de toda falsedad.
Hacía años que yo mismo, como otros muchos profesionales de la economía, tuvimos noticias de lo que se nos venía encima. La lista de artículos o informes precursores de los malos tiempos que se acercaban se remontan a principios de nuevo siglo. Yo mismo, modesto economista jubilado, en el año 2007 publique posts, como bloguero que soy hace tiempo, anunciado la llegada de negros nubarrones.
¿Cómo lo supe? Desde mi ordenador, con cartas de navegación adecuadas que da el oficio de años, lograba información y datos que me permitían hacer conjeturas y establecer pronósticos. Tales informes, naturalmente, creaban mucho malestar entre los responsables políticos, con frecuencia pirómanos -supongo que inconscientemente- tildaban a tales impertinentes agoreros, de “antipatriotas”. Luego, cuando ha sido imposible negar lo evidente, los pirómanos se han pasado al cuerpo de bomberos.
Finalmente, muchos economistas de aquí, y de otras partes del mundo, advirtieron que si el enfermo –la actividad económica de este o aquel país- seguían por los derroteros por los que los políticos responsables de la economía financiera llevaban las cosas, el enfermo entraría en crisis grave. ¿Es que tales agoreros sabían tal cosa porque disponían de alguna perniciosa bola de cristal? No, desde luego. Lo sabían porque como profesionales de la economía, libres de ataduras ideológicas, cumplían con su obligación de tener monitorizadas las constantes vitales de la vida económica de los países, las instituciones internacionales, las corporaciones y las empresas.
Unas breves palabras sobre los diferentes tipos de economistas. Naturalmente los hay para todos los gustos. Los hay libres de ataduras, los hay comprometidos con el poder. Los hay con formación académica de facultades universitarias, y los hay que se intitulan economistas por el hecho de que manejan multitud de datos estadísticos que se publican en boletines y artículos de prensa. No estoy en contra de semejante labor divulgativa. Pero otra cosa es apelar con soltura irresponsable a tal o cual teoría económica sentenciosa. También han existido, existen y existirán reconocidos especialistas, procedentes de diferentes campos de las disciplinas universitarias, que tienen bien acreditada su capacidad de conocimiiento teórico y práctico de la ciencia económica, tras años de experiencia y dedicación.
Nota.-Parte de los conceptos aquí aludidos figuran tratados ampliamente en mi Diccionario Enciclopédico de Estrategia Empresarial (Díaz de Santos, Madrid 2003).
jueves, 24 de febrero de 2011
viernes, 4 de febrero de 2011
QUITE AUTONÓMICO POR VERÓNICAS
Semejanza entre la forma de presentar el capote y la del lienzo en que Verónica enjugó el rostro de Jesús. O sea, pasándoselo por la cara del toro.
Ignacio Camacho es uno de los columnistas más preclaros de nuestro periodismo político. Domina el lenguaje con soltura torera y sabe adornarse con todo tipo de suertes dialécticas. Podríamos decir que es un brujo del lenguaje. Por algo es premio Mariano de Gavia del año 2009 -bien merecido-, que no es cualquier cosa. En la mayoría de las veces, yo diría que en el 90 %, coincido con su forma de llevar la lidia política. Queda por ahí ese otro 10 % en el que discrepo; están por medio sus favoritos para los brindis encomiásticos frente a los brindis opuestos. Cosa, por otra parte, que no tiene nada de particular, ya que le pasa a cualquier hijo de vecino en el uso legítimo de su libertad de elección. Pero según yo vengo observando, ya que hace años que soy seguidor de sus columnas de análisis político, los brindis opuestos o antagónicos, tienen la virtud –por así decirlo- de inspirarle, las más grandes faenas literarias que se han visto en los medios. Como es el caso de su columna de hoy, 3 de febrero de 2011, en la plaza de ABC de Madrid. Porque en honor de la verdad, cumple su objetivo de abochornar políticamente a su atorado personaje. El personaje, por todos los demonios, es Aznar. Aznar, sí. Y no lo digo yo, le dice él mismo, como corresponde a un comentarista de su clase que no se suele embozar. Es un periodista con casta. El nombre de la faena provocadora de este mi post, Arbitristas de brocha gorda. Estoy pasmao de tal torrente de palabras, afiladas con espada de cuatro filos, con banderillas de fuego del averno y certeras puntillas de muerte.
Pero dediquemos un breve intervalo para explicar la faena –en los dos sentidos- de la Verónica en la forma ortodoxa. El torero sujeta el capote firmemente con las dos manos. El toro, al que llamaremos brochagorda, zaino –negro como una noche sin luna-, está ya encelao con el capote. El torero adelanta el capote para citarlo, y el toro sale disparao como el Ave Sevilla-Madrid. Pero el torero, que conoce el oficio, carga la suerte hacia el centro-derecha –pura geometría política-, al tiempo que adelanta una pierna para preparar la siguiente Verónica. Y así sucesivamente en una serie vistosa que remata con una Media Verónica. ¡Torero, torero!
Los aficionaos, como yo, a esto del periodismo bloguero, somos unos intrusos, según el periodismo convencional. Gracias a la red de redes, me la paso divinamente, como otros cientos de millones en todo el mundo. Y sin carnet de periodismo de la facultad que da la bula. Hay de todo, como en la Viña del Señor. Hay periodistas cuya categoría profesional y literaria no les preocupa en absoluto esa clase de competencia. En cambio hay otros que les hace feliz eso de que una comisión política pueda decidir que sitios y blogs web se pueden cerrar por no sé qué sospechas. No es broma. Es una llave que sirve para muchas cosas. Por ejemplo, en Egipto, Mubarak, ¡zas!, ha cerrado los incómodos blogueros que están por la labor de que acabe una dictadura de más de 30 años. El paso siguiente, cazar a los periodistas clásicos, como Herman Tertsch que cumple una misión impagable por la libertad de información. Espero verlo pronto en su “columna” de TN con Ana Samboal en TeleMadrid. Veremos qué pasa el este viernes de oración musulmana en El Cairo.
Como decía, los intrusos como yo, sin bula de la Facultad de Periodismo -pero con bula de otras Facultades, o sin ella-, hacemos lo que podemos. Por ejemplo, leer mucho y aprender de los maestros como Martín Ferrand, José María Carrascal, Antonio Burgos, Alonso de los Ríos y otros muchos, o del mismo Ignacio Camacho, por supuesto. Por ejemplo, me voy a atrever a hacer algunas acotaciones del artículo citado de Camacho, de tal categoría, que jamás se le habrían ocurrido a un pardillo como yo. Para aprender:
• Habla de los políticos ya retirados que recuperan la lucidez perdida. “El desasosiego los transforma en gurús vocacionales, arbitristas dispuestos a dispensar las recetas que no supieron o no pudieron aplicar cuando el fragor de la política les obnubilaba el criterio.”
• Y sigue machacando. “De repente sufren vahídos de clarividencia y en tono elegíaco claman como profetas incomprendidos ante la evidencia de una catástrofe que nunca vieron venir cuando gobernaban.”
• Mas. “Algunas de esas ideas suponen el descubrimiento individual y tardío de mediterráneos que siempre han estado ahí. Así, Aznar insta a reconducir la elefantiasis de las autonomías y al otro lado del espejo González —respaldado por Rodríguez Ibarra— lanza el órdago de suprimir las diputaciones. Y dos huevos duros.”
El final un poco abrupto.
• Aquí Camacho se declara defensor del actual Estado de la Autonomías. “Están en su derecho de jugar al jacobinismo regeneracionista, pero desenfocan el objetivo y enredan el debate al situarse a favor de corriente en un río revuelto. Ahora parece políticamente incorrecto defender la descentralización pero el Estado de las autonomías, con toda su hipertrofia o pese a ella, ha equilibrado España y ha impedido la fractura de la cohesión nacional.”
Caramba, pues yo, humildemente, creo que la fractura la han provocada, precisamente, unas CC AA con un diseño constitucional farragoso que intentaba contentar a los nacionalistas que han sabido provechar la cosa, hasta el punto de aspirar a rebelarse contra sus jefes de partido y aspirar a ser mini estados independientes con fueros de la Edad Media. En todo caso un Estado Plurinacional, no unitario, con tantas asimetrías que sería menos que un Estado Confederal. Y entre tanto han servido para revivir el peor caciquismo del pasado. Pero para Camacho todo se arregla con un simple “bisturí de ahorro”.
• Nada de mutilar. “La mutilación no es una terapia. Y deberían saberlo mejor que nadie quienes sin duda de buena fe propiciaron el desparrame que ahora proponen controlar a hachazos.”
Caray con los hachazos.
• Aquí la guinda final. Nada de “demoliciones compulsivas”. “Y lo menos que se puede pedir a ex gobernantes responsables es que formulen propuestas en frío, elaboradas y con matices. Para aumentar la confusión ya se bastan los dirigentes en activo.”
Sí señor, buen quite por verónicas para Rajoy y buen coscorrón para Aznar. Ya se ha dicho, FAES no es el PP. Pobres infelices los que, como yo, creímos que la rentrée de Aznar en Sevilla significaba un nuevo rumbo para el PP. Es que ejercer de buen gallego, como lo ejerce Rajoy, tiene retranca y enjundia. Gracias a Camacho me he caído del guindo.
Coda. He pretendido que estén claras dos cosas. La primera que estoy a favor de la Fiesta Nacional de la lidia del toro bravo. La segunda es que no hay nada peor que apañar lo que de origen tiene graves defectos de diseño. Hay muchas fuentes disponibles sobre Derecho Constitucional Comparado. Cuando unos ingenieros de diseño sacan un modelo nuevo, utilizan pilotos de pruebas y lo ruedan para reconducir la idea. Nuestro bólido lleva rodando más de 30 años y cada vez va a peor.
Tienen razón los que dicen que lo peor de la salida del régimen franquista es el anti franquismo postrero implantado por la puerta de las sensiblerías sectarias y el revivir de la “memorias históricas”. La sombra del Franco era tan alargada en aquel memorable año de 1978, que los diseñadores de la celebrada C78 no se daban cuenta que hacían anti franquismo supersticioso.
Creo que ahora, año 2011, somos una sociedad distinta y merecemos otro diseño a la medida. Por el bien de mis hijos y mis nietos que, por la que está cayendo y la que se ve venir, van a vivir, inesperadamente, en una sociedad peor que la que conseguimos alcanzar, finalmente, los de mi generación, después de no poco esfuerzo. Me ha tocado ver de todo en estos años que van desde 1935, hasta este fosco 2011. Aunque yo, a fin de cuentas, tenga todo el pescado vendido.
Madrid, 4 de febrero de 2011
Francisco Javier Manso Coronado
Ignacio Camacho es uno de los columnistas más preclaros de nuestro periodismo político. Domina el lenguaje con soltura torera y sabe adornarse con todo tipo de suertes dialécticas. Podríamos decir que es un brujo del lenguaje. Por algo es premio Mariano de Gavia del año 2009 -bien merecido-, que no es cualquier cosa. En la mayoría de las veces, yo diría que en el 90 %, coincido con su forma de llevar la lidia política. Queda por ahí ese otro 10 % en el que discrepo; están por medio sus favoritos para los brindis encomiásticos frente a los brindis opuestos. Cosa, por otra parte, que no tiene nada de particular, ya que le pasa a cualquier hijo de vecino en el uso legítimo de su libertad de elección. Pero según yo vengo observando, ya que hace años que soy seguidor de sus columnas de análisis político, los brindis opuestos o antagónicos, tienen la virtud –por así decirlo- de inspirarle, las más grandes faenas literarias que se han visto en los medios. Como es el caso de su columna de hoy, 3 de febrero de 2011, en la plaza de ABC de Madrid. Porque en honor de la verdad, cumple su objetivo de abochornar políticamente a su atorado personaje. El personaje, por todos los demonios, es Aznar. Aznar, sí. Y no lo digo yo, le dice él mismo, como corresponde a un comentarista de su clase que no se suele embozar. Es un periodista con casta. El nombre de la faena provocadora de este mi post, Arbitristas de brocha gorda. Estoy pasmao de tal torrente de palabras, afiladas con espada de cuatro filos, con banderillas de fuego del averno y certeras puntillas de muerte.
Pero dediquemos un breve intervalo para explicar la faena –en los dos sentidos- de la Verónica en la forma ortodoxa. El torero sujeta el capote firmemente con las dos manos. El toro, al que llamaremos brochagorda, zaino –negro como una noche sin luna-, está ya encelao con el capote. El torero adelanta el capote para citarlo, y el toro sale disparao como el Ave Sevilla-Madrid. Pero el torero, que conoce el oficio, carga la suerte hacia el centro-derecha –pura geometría política-, al tiempo que adelanta una pierna para preparar la siguiente Verónica. Y así sucesivamente en una serie vistosa que remata con una Media Verónica. ¡Torero, torero!
Los aficionaos, como yo, a esto del periodismo bloguero, somos unos intrusos, según el periodismo convencional. Gracias a la red de redes, me la paso divinamente, como otros cientos de millones en todo el mundo. Y sin carnet de periodismo de la facultad que da la bula. Hay de todo, como en la Viña del Señor. Hay periodistas cuya categoría profesional y literaria no les preocupa en absoluto esa clase de competencia. En cambio hay otros que les hace feliz eso de que una comisión política pueda decidir que sitios y blogs web se pueden cerrar por no sé qué sospechas. No es broma. Es una llave que sirve para muchas cosas. Por ejemplo, en Egipto, Mubarak, ¡zas!, ha cerrado los incómodos blogueros que están por la labor de que acabe una dictadura de más de 30 años. El paso siguiente, cazar a los periodistas clásicos, como Herman Tertsch que cumple una misión impagable por la libertad de información. Espero verlo pronto en su “columna” de TN con Ana Samboal en TeleMadrid. Veremos qué pasa el este viernes de oración musulmana en El Cairo.
Como decía, los intrusos como yo, sin bula de la Facultad de Periodismo -pero con bula de otras Facultades, o sin ella-, hacemos lo que podemos. Por ejemplo, leer mucho y aprender de los maestros como Martín Ferrand, José María Carrascal, Antonio Burgos, Alonso de los Ríos y otros muchos, o del mismo Ignacio Camacho, por supuesto. Por ejemplo, me voy a atrever a hacer algunas acotaciones del artículo citado de Camacho, de tal categoría, que jamás se le habrían ocurrido a un pardillo como yo. Para aprender:
• Habla de los políticos ya retirados que recuperan la lucidez perdida. “El desasosiego los transforma en gurús vocacionales, arbitristas dispuestos a dispensar las recetas que no supieron o no pudieron aplicar cuando el fragor de la política les obnubilaba el criterio.”
• Y sigue machacando. “De repente sufren vahídos de clarividencia y en tono elegíaco claman como profetas incomprendidos ante la evidencia de una catástrofe que nunca vieron venir cuando gobernaban.”
• Mas. “Algunas de esas ideas suponen el descubrimiento individual y tardío de mediterráneos que siempre han estado ahí. Así, Aznar insta a reconducir la elefantiasis de las autonomías y al otro lado del espejo González —respaldado por Rodríguez Ibarra— lanza el órdago de suprimir las diputaciones. Y dos huevos duros.”
El final un poco abrupto.
• Aquí Camacho se declara defensor del actual Estado de la Autonomías. “Están en su derecho de jugar al jacobinismo regeneracionista, pero desenfocan el objetivo y enredan el debate al situarse a favor de corriente en un río revuelto. Ahora parece políticamente incorrecto defender la descentralización pero el Estado de las autonomías, con toda su hipertrofia o pese a ella, ha equilibrado España y ha impedido la fractura de la cohesión nacional.”
Caramba, pues yo, humildemente, creo que la fractura la han provocada, precisamente, unas CC AA con un diseño constitucional farragoso que intentaba contentar a los nacionalistas que han sabido provechar la cosa, hasta el punto de aspirar a rebelarse contra sus jefes de partido y aspirar a ser mini estados independientes con fueros de la Edad Media. En todo caso un Estado Plurinacional, no unitario, con tantas asimetrías que sería menos que un Estado Confederal. Y entre tanto han servido para revivir el peor caciquismo del pasado. Pero para Camacho todo se arregla con un simple “bisturí de ahorro”.
• Nada de mutilar. “La mutilación no es una terapia. Y deberían saberlo mejor que nadie quienes sin duda de buena fe propiciaron el desparrame que ahora proponen controlar a hachazos.”
Caray con los hachazos.
• Aquí la guinda final. Nada de “demoliciones compulsivas”. “Y lo menos que se puede pedir a ex gobernantes responsables es que formulen propuestas en frío, elaboradas y con matices. Para aumentar la confusión ya se bastan los dirigentes en activo.”
Sí señor, buen quite por verónicas para Rajoy y buen coscorrón para Aznar. Ya se ha dicho, FAES no es el PP. Pobres infelices los que, como yo, creímos que la rentrée de Aznar en Sevilla significaba un nuevo rumbo para el PP. Es que ejercer de buen gallego, como lo ejerce Rajoy, tiene retranca y enjundia. Gracias a Camacho me he caído del guindo.
Coda. He pretendido que estén claras dos cosas. La primera que estoy a favor de la Fiesta Nacional de la lidia del toro bravo. La segunda es que no hay nada peor que apañar lo que de origen tiene graves defectos de diseño. Hay muchas fuentes disponibles sobre Derecho Constitucional Comparado. Cuando unos ingenieros de diseño sacan un modelo nuevo, utilizan pilotos de pruebas y lo ruedan para reconducir la idea. Nuestro bólido lleva rodando más de 30 años y cada vez va a peor.
Tienen razón los que dicen que lo peor de la salida del régimen franquista es el anti franquismo postrero implantado por la puerta de las sensiblerías sectarias y el revivir de la “memorias históricas”. La sombra del Franco era tan alargada en aquel memorable año de 1978, que los diseñadores de la celebrada C78 no se daban cuenta que hacían anti franquismo supersticioso.
Creo que ahora, año 2011, somos una sociedad distinta y merecemos otro diseño a la medida. Por el bien de mis hijos y mis nietos que, por la que está cayendo y la que se ve venir, van a vivir, inesperadamente, en una sociedad peor que la que conseguimos alcanzar, finalmente, los de mi generación, después de no poco esfuerzo. Me ha tocado ver de todo en estos años que van desde 1935, hasta este fosco 2011. Aunque yo, a fin de cuentas, tenga todo el pescado vendido.
Madrid, 4 de febrero de 2011
Francisco Javier Manso Coronado
miércoles, 2 de febrero de 2011
PIRÓMANOS Y BOMBEROS
Acuerdo económico y social para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones
Son varios las tertulias de las TV digitales en las que he visto a la ex ministra Cristina Alberdi sola ante el peligro. Es una valiente. Los chaparrones que le caen son tremendos. Pero nada, saca de donde uno no puede imaginar brío para defender al Gobierno. Las cosas como son, tiene un aguante digno de admiración. No se amilana ante los más contundes argumentos con los que la suelen importunar.
Además, casi han desaparecido los contertulios de cuota del Gobierno de las tertulias de las TV no gubernamentales, cosa comprensible dado el panorama, pero la ex ministra Alberdi no sólo aguanta el tipo, sino que suele estar muy solicitada en distintas emisoras. ¡Sola ante el peligro!
Quiero aclarar que no entro en la calidad de los argumentos de unos y otros, porque para el caso no es necesario, como se verá más adelante.
"Señoras y señores, se va a proceder a la firma del acuerdo económico y social para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones", dijo el locutor del show que se ha llevado a cabo en el Salón de los Tapices del Palacio de Moncloa. Mismo marco incomparable que el incomparable “Pacto de la Moncloa”. La pregunta comprometida y obligada a todo aquel que caiga por algunas de la TVs pro gubernamental: -¿qué opina del pacto del Gobierno con los Sindicatos y la Patronal? Aunque tentándose la ropa, empiezan haciendo alabanzas en las que con astucia entremeten el golpe: -Al fin tenemos un Gobierno reformista aunque con siete años de retraso. Es aquí donde nuestra ex ministra del Gobierno de Felipe González se agarra al clavo ardiendo diciendo: -El Gobierno está bien encaminado. Estos pactos son un acierto, etc.
Después de haber visto y oído estos argumentos defensivos de la señora Alberdi, me vino a la memoria una de las enseñanzas de mi maestro Peter Drucker, un genio indiscutible del Management moderno del siglo pasado. Viene como anillo al dedo que cuente uno de los ejemplos que solía repetir en sus clases y en sus libros.
Drucker nos sitúa en una empres multinacional en la que se acaba de jubilar el presidente del Consejo de Directores. Como se trata de una empresa con un una cultura de dirección moderna, el chairman en ejercicio, convoca a todos los responsables de las divisiones y áreas de negocio de la estructura organizativa. El objetivo de la reunión, según figuraba en memo de convocatoria era: proponer un candidato al puesto vacante. El chairman van dándole la voz a cada uno de los presentes para que argumenten sobre las virtudes de sus candidatos.
-Míster X sería ideal para el cargo. Solucionó la huelga de la factoría en el año 1973.
-La persona idónea para el puesto sería míster Y. Resolvió el programa de la financiación de stocks de la crisis de 1974.
-Hay un hombre de mayores méritos. Míster Z. Consiguió un empréstito en 1976.
-Yo creo que hay que pensar en míster W. Salvó a la empresa logrando vender al Gobierno los excedentes de 1986.
-Señores, dijo el chairman, que había escuchado en silencio hasta entonces, -¿No podrían ustedes proponerme algún hombre que en lugar de haber solucionado conflictos se hubiera limitado a no provocarlos? ¿No tenemos en la empresa un hombre que no tenga que salvarnos de los problemas que ha creado por su falta de previsión?
Llegado este punto del relato, Peter Drucker comenta:
-Si todos los ejecutivos son salvadores de empresas en crisis, ¿Quién diablos lleva a las empresas a la crisis?
En los veranos solemos tener muchos incendios, de los que más de lo que nos podemos imaginar son provocados. No son pocas las ocasiones en las que se ha dado el caso de que entre los culpables se daba también el oficio de bombero. Los llamados bomberos pirómanos.
Que cada uno saque sus propias consecuencias de esta pedagógica historia. No es difícil cambiar el marco empresarial por otro que convenga.
Son varios las tertulias de las TV digitales en las que he visto a la ex ministra Cristina Alberdi sola ante el peligro. Es una valiente. Los chaparrones que le caen son tremendos. Pero nada, saca de donde uno no puede imaginar brío para defender al Gobierno. Las cosas como son, tiene un aguante digno de admiración. No se amilana ante los más contundes argumentos con los que la suelen importunar.
Además, casi han desaparecido los contertulios de cuota del Gobierno de las tertulias de las TV no gubernamentales, cosa comprensible dado el panorama, pero la ex ministra Alberdi no sólo aguanta el tipo, sino que suele estar muy solicitada en distintas emisoras. ¡Sola ante el peligro!
Quiero aclarar que no entro en la calidad de los argumentos de unos y otros, porque para el caso no es necesario, como se verá más adelante.
"Señoras y señores, se va a proceder a la firma del acuerdo económico y social para el crecimiento, el empleo y la garantía de las pensiones", dijo el locutor del show que se ha llevado a cabo en el Salón de los Tapices del Palacio de Moncloa. Mismo marco incomparable que el incomparable “Pacto de la Moncloa”. La pregunta comprometida y obligada a todo aquel que caiga por algunas de la TVs pro gubernamental: -¿qué opina del pacto del Gobierno con los Sindicatos y la Patronal? Aunque tentándose la ropa, empiezan haciendo alabanzas en las que con astucia entremeten el golpe: -Al fin tenemos un Gobierno reformista aunque con siete años de retraso. Es aquí donde nuestra ex ministra del Gobierno de Felipe González se agarra al clavo ardiendo diciendo: -El Gobierno está bien encaminado. Estos pactos son un acierto, etc.
Después de haber visto y oído estos argumentos defensivos de la señora Alberdi, me vino a la memoria una de las enseñanzas de mi maestro Peter Drucker, un genio indiscutible del Management moderno del siglo pasado. Viene como anillo al dedo que cuente uno de los ejemplos que solía repetir en sus clases y en sus libros.
Drucker nos sitúa en una empres multinacional en la que se acaba de jubilar el presidente del Consejo de Directores. Como se trata de una empresa con un una cultura de dirección moderna, el chairman en ejercicio, convoca a todos los responsables de las divisiones y áreas de negocio de la estructura organizativa. El objetivo de la reunión, según figuraba en memo de convocatoria era: proponer un candidato al puesto vacante. El chairman van dándole la voz a cada uno de los presentes para que argumenten sobre las virtudes de sus candidatos.
-Míster X sería ideal para el cargo. Solucionó la huelga de la factoría en el año 1973.
-La persona idónea para el puesto sería míster Y. Resolvió el programa de la financiación de stocks de la crisis de 1974.
-Hay un hombre de mayores méritos. Míster Z. Consiguió un empréstito en 1976.
-Yo creo que hay que pensar en míster W. Salvó a la empresa logrando vender al Gobierno los excedentes de 1986.
-Señores, dijo el chairman, que había escuchado en silencio hasta entonces, -¿No podrían ustedes proponerme algún hombre que en lugar de haber solucionado conflictos se hubiera limitado a no provocarlos? ¿No tenemos en la empresa un hombre que no tenga que salvarnos de los problemas que ha creado por su falta de previsión?
Llegado este punto del relato, Peter Drucker comenta:
-Si todos los ejecutivos son salvadores de empresas en crisis, ¿Quién diablos lleva a las empresas a la crisis?
En los veranos solemos tener muchos incendios, de los que más de lo que nos podemos imaginar son provocados. No son pocas las ocasiones en las que se ha dado el caso de que entre los culpables se daba también el oficio de bombero. Los llamados bomberos pirómanos.
Que cada uno saque sus propias consecuencias de esta pedagógica historia. No es difícil cambiar el marco empresarial por otro que convenga.
ARDE EL ISLAM DE LAS DICTADURAS CONSENTIDAS
Lo que se está viendo por parte de think tanK -que son los que se atreven a meter las manos en el asunto- son ACTOS DE CONTRICIÓN. La mayoría de los Gobiernos Occidentales, callan. No estoy de acuerdo que a todos le halla cogido desprevenidos. Consentían dictaduras como un mal menor, por miedo al islamismo radical -terrorismo. Ahora que ha estallado el fuego, tienen mala conciencia. Ciertamente, el peligro de que en Egipto se hagan con el poder los Hermanos Musulmanes (HM), es muy grave para Occidente. Pero había que haber caido en la cuenta de que tal apoyo a las dictaduras era una situación de transito hasta coneguir instalar una verdader democracia.
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