domingo, 29 de julio de 2012
JUEGOS OLIMPICOS DEL EXHIBICIONISMO
Hace unas horas me he encontrado a un amigo que venia de Londres de ver el espectáculo de inauguración de los Juegos Olímpicos. Antes de que yo dijera nada me espetó:
-maravilloso, increíble. Es que los británicos son como nadie. Todo lo suyo es lo mejor: su historia, su literatura, sus músicos. Ya te digo, fantástico. Los mejores juegos que he visto. Mucho mejor que los chinos; además les ha costado una tercera parte. Espero que la Botella, que la vi por allí, tome buena nota para que los de Madrid superen a los británicos.
Tanto entusiasmo por lo British me dejó pensativo. Mientras me hablaba se me ocurrieron algunos reparos sobre lo que hoy son los Juegos Olímpicos. Más bien son Olimpiadas de la Propaganda Nacionalista. Una suerte de dialéctica política. Una justificación para gastar dinero en obras faraónicas que la "ciudadanía" ve bien por aquello de satisfacer el ego nacionalista, el sentimiento de superioridad sobre los demás. Menos mal que la prudencia, me invitó a no aguarle la fiesta y desistí. Me despedí con una sonrisa y un hasta luego.
Yo había visto por la TV algunos reportajes sueltos de la ceremonia de inauguración. El entusiasmo de mi amigo me hizo pensar que quizá sería conveniente que la viera completa. En cuento pude me puse manos a la obra con ayuda de mi eficiente tableta.
La verdad es que no aguanté verla completa. Tres horas es mucho tiempo de exhibición, de fantasía, de Circo del Sol. Me imaginé la enorme satisfacción de los neozelandeses, australianos y demás anglófilos. Pero se supone que este espectáculo está destinado a una población globalizada. ¿Y los demás naciones y banderas allí representadas que pensarían?
Me acordé de los documentales de la olimpiada de Hitler, Berlín 1936. Impresionante. Ahí hubo, además de exhibición nacionalista, racismo duro, cuando Hitler se nego a ponerle la medalla al atleta negro americano.
Comprendo que los comunistas chinos tuvierna necesidad de aprovechar la ocasión de mostrar al mundo entero sus logros políticos. Pura dialéctica política. Como nuevos ricos. Pero Las naciones consolidadas, seguras de su papel en el mundo lo ofrecen de otra manera, sin necesidad de destrozar la herencia recibida de la Olimpia griega. Por ejemplo, recuerdo la olimpiada USA de 1984, en su modesto Memorial Coliseum de Los Ángeles. Se abstuvieron 14 estados de la unión, y algunos países.
Pero lo que predomina desde que Cubertin recuperó las Olimpiadas grigas en 1896, es la soberbia, política: "Y yo más, y más que tú". La soberbia British es enorme; sale la antigualla vena imperialista. Cada país es como es. Hermosa variedad que tomamos y damos, unos a otros: China, Francia, Italia, la misma España, India,.....O sea, las Olimpiadas son, cada vez más la expresión más cutre del nacionalismo.
Hay una canción de Peret que viene como anillo al dedo: ♬ Borriquito como tú, que no sabes ni la u /../♬Yo sé más que tú, y que tú, y que tú♬.
Desearía que la alcaldesa Botella no se sientiera picada por el poderío British y se le ocurra montarno aquí unas olimpiadas SUPER EXHIBICIÓN cutre que la superedonde. Los atletas se convierten en mero conjunto de la coreografía, que deben pasar por la pasarela del carnaval; prefiero el carnaval de Rio, de Las Palmas o de Cádiz.
Esto se ha convertido en una trampa de gobiernos estúpidos, que se han agarrado a la antorcha del derroche y del exhibicionismo petulante. El nuevo "circo romano" para la plebe.
¡Zeus, líbranos de semejante remedo de soberbia, donde los atletas no compiten, sino los regímenes, las ideologías, la prepotencia, el derroche!
Espero que nadie se sienta ofendido. Es solo una opinión, posiblemente políticamente incorrecta.
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