ABC, 1 de abril de 2011
Ignacio Camacho, una vez más nos demuestra que es el mago en el empleo de la palabra adecuada. Alguien dijo que el límite de nuestras ideas está en el límite de nuestras palabras. Por en momentos como los que vivimos, en horas de la verdad necesaria, quien tiene, quiere y puede, le salen destiladas. Bazofia, es el título de su oportuna y necesaria columna de hoy, 1 de abril, en ABC. Después de leer ese torrente de verdades claras, como el agua, golpeando abiertamente, merecidamente a sus “presuntos”, me digo, Camacho no exagera; no puede ser de otra manera. Los hechos de esos “presuntos implicados” –como hemos cambiado, canción-, no merecen otro calificativo. Bazofia, según el DRAE es una cosa o acto humano que es soez, sucia, despreciable, mezcla de heces.
Cuando veo en algunos medios como surgen artículos, posts, comentarios que denuncian con profundidad, sin disimulos de guardarropía, con palabras potentes la grave situación por la que estamos pasando en España; cuando veo que cada vez más hay personas dispuestas a apostar por el cambio, me crecen verdaderos brotes verdes de esperanza. Porque la situación es grave no sólo por la economía, sino también por padecer una galopante crisis de valores, por una crisis política, por una crisis del concepto territorial del Estado, de un brutal crecimiento del relativismo mentecato y, para colmo, del uso y abuso del marketing condicionante come cocos. Hasta los creativos de los anuncios están emboticados de repetitivas frases vacuas, para vendernos la moto, el coche, el súper ordenador, o la crema de la eterna juventud.
En definitiva, “Y mentiras, muchas mentiras para encubrir o endulzar esa bazofia irremediable”. Amigo Ignacio, con su eficaz desempeño, junto con el de otra buena gente, puede que “esa bazofia” no sea irremediable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario